martes, 5 de abril de 2011

Express Trane.


New York, 1960. Época de cambios, conmoción. Las artes buscan insertarse en la memoria colectiva de una manera abrupta, súbita y demostrar, en el menor de los casos, que la libertad expresiva no tiene fronteras. Los poetas beatnies irrumpen con furia y desparpajo. Allen Ginsbert lanza su grito, Gregory Corso se escuda en sus hábitos noctámbulos y Leroy Jones reacciona (irreverente y enunciativo) frente a las pretensiones del ‘poder blanco’.Frente a este movimiento y en incesante búsqueda expresiva se encuentran los Jazzmen que pretenden alejarse de lo resueltamente ornamental hacia la expresión pura de una música que acabará siendo como un terremoto que arrastra todo a su paso, y que derrumbará las concepciones estéticas que se tenían hasta ese momento. En el lado más radical se encuentra Ornette Coleman y en el aspecto más introvertido John Coltrane. Este último tiene, como muchos de sus colegas más cercanos, la vista puesta en la India. Coltrane escucha y anota las grabaciones de Ravi Shankar.

Al igual que Sun Rá, Coltrane matiza su música con un enfoque místico. En estos años Coltrane devora las obras de Filosofía, Egiptología y de Ciencias Místicas Orientales, con una avidez prodigiosa. Sonny Rollins le recomienda la autobiografía de un Yogui. Bill Evans le aconseja la obra de Krishnamurthi. Lee Platón, Aristóteles, se interesa en la obra de Einstein y atribuye a su conversión religiosa, su abandono a las drogas y el alcohol. John Coltrane es el músico del cual se habla. Sus largos solos encantatorios, su sonoridad dura y desgarradora, su relato inextinguible y su lenguaje intrigante y desolador, ponen al jazz ‘patas arriba’. Hermoso navío fieramente fletado por Sonny Rollins, Clifford Brown, Jusef Latteef, Don Cherry y muchos otros. El Hard Bop encuentra albergue definitivo. Sin embargo, habría de pasar cierto tiempo para que Coltrane sea reconocido y admirado por músicos, amantes y críticos. Por esta época Coltrane lleva su arte a Europa. Estos conciertos que ocurrieron entre el 18 de noviembre de 1961 y el 2 de noviembre de 1963 están registrados en una reedición que lanzó recientemente el sello español Nuevos Medios y están recogidos en un box set de 7 CDS , que marcan un espacio de tiempo creativo muy importante en la evolución del arte de Coltrane. Ahora bien, en compañía de Miles Davis y en el seno de su famoso primer quinteto, Coltrane improvisa un solo de 20 minutos de duración en la conocida pieza Round About Midnight .Escándalo. Coltrane filtra toda burda concepción del tiempo y la forma y lleva a está por caminos insospechados. Pero no será hasta la constitución del cuarteto con Mcoy Tyner, Steve Davis y Elvin Jones, cuando serán franqueadas etapas decisivas. Con su lenguaje y concepción armónica, su tempo alucinante, con recursos de fuentes como el Rhytm’n blues y basado en el bop, Coltrane ha agotado los encantos de los acordes y sus desarrollos. Y allí, en donde los hijos del bop se apoyaban orgullosos en una armonía, él desplaza subrepticiamente dos o tres. Para seguir este sistema (destaca James Lincoln en la “Aventura del Jazz”) Coltrane estaba obligado (o forzado) a colocar “un numero desigual de notas sobre un numero regular de tiempos sobre la medida”, y esto lo obligaba a esbozar, a dibujar figuras rítmicas irregulares, que contrastaban con el ritmo de base.
En 1959 con Giant Steps Coltrane, en compañía de Tommy flánagan, Paul Chambers y Art Taylor, Culmina su exploración del sistema armónico. Ejecutado en un tiempo alucinante y con giros armónicos inesperados e intensos, Giant Steps es una obra maestra y un callejón sin salida. Coltrane no irá más lejos, porque no hay nada más que buscar en esta vía. Le será necesario explorar otra. Esta otra vía será la modal.

MODALIDAD Y POLITONALIDAD
Aunque John Coltrane admiraba de sobremanera la música Hindú, su propuesta estaba lejos de parecerse a esta música. Las ragas le servían solo de referencia lejana. Lo que Coltrane envidiaba era su riqueza rítmica, su flexibilidad, su ‘tiempo’ extensible. Y esto es lo que, sin duda alguna, marca la diferencia en la improvisación coltraniana: su extensión. Con el uso de la modalidad* Coltrane exploró el mundo subterráneo de los sonidos. Él utilizaba diferentes modos- muchos modos-en lugar de progresiones de acordes. Donde mejor se aprecia su tratamiento es en Impressións (3-11-1961) que recoge el primer gran cambio en la dirección de su búsqueda armónica. El ‘acantonamiento’ en un ámbito armónicamente circunscrito a dos o tres acordes, le permitió extender de manera prodigiosa, su aliento en la improvisación. Coltrane interpreta de ahora en adelante 30 a 40 minutos-véase 1 hora-haciendo vibrar el tudel de su tenor o soprano, con gran energía. Esta nueva noción de la improvisación ya estaba germinando en Kind Of Blue, primera exploración de los modos al lado de Miles Davís, Cannonball Aderley y Bill Evans. Esta exploración modal alcanzará su forma más eminente en My Favorite Things (1960), Óleo (1961), Indian (1963), y Afroblue (1963), entre otros. Sin embargo el recurso de los modos no elimina, de ninguna manera, el empleo del sistema armónico. Las dos formas coexisten brillantemente en Coltrane, hasta un poco antes de su muerte (1967) cuando el saxofonista aborda el Freejazz, influenciado por Ornette Coleman y Albert Ayler, en compañía de Eric Dolphy y sobre todo de Pharoad Sanders y Rashied Alí. Los “freejazzmen”, con su carga de notas discordantes y fugas intespectivas, habían dinamitado el jazz por fuera, y Coltrane los acompañaba. Después de esta exploración, de esta vía tumultuosa pero enriquecedora, el jazz no volvería a ser el mismo.

ASCENSIÓN
Después de sus giras por Europa y culminar sus conciertos por las ciudades de Paris, Estocolmo, Hamburgo y Berlín-donde muere Eric Dolphy en 1964- la música de Coltrane adquirió un carácter religioso(o místico) que caracterizó el último periodo de su carrera. Este periodo se refleja en principio en su grabación: A Love Supreme, una clara exhortación a las bondades del Ser Supremo en donde, a través de pasajes melódicos llenos de interrogantes y clamores humanos, Coltrane rinde a su manera-con su vehemente sonido-tributo al creador de todas las cosas. El material de sus últimas obras coincide con la culminación del desarrollo de una obra despojada de otros significados que los que pueden emanar de un arte puro. John Coltrane se muestra soberanamente, en este lugar de elección, más allá de la apreciación crítica en que todo músico de jazz moderno lo coloca. Coltrane al igual que Monk, Parker o Miles Davis, es un ser aparte. El testimonio de su música, nos confirma que el arte del hombre moderno a través de este lenguaje, no posee frontera alguna. Muchos se preguntaron hacia donde se dirigía la música de Coltrane en estos años, y esta interrogante aún se mantiene vigente. ¿Iría a alguna parte? no lo podremos saber, lo que si es seguro es que su música abrió al jazz hacia un nuevo mundo. Un mundo vasto en sus límites, aún inexplorado, gravitante y exultante, para bien del universo sonoro...y seguirá su curso en el tiempo. El porvenir es de su majestad: Express Trane.
ALfonso Solano.
*Según definición del critico y músico Francés André Francis, modo “es una escala de sonidos que forman una gama de un tipo dado. El modo mayor y el modo menor son de uso exclusivamente tonal, pero pueden concebirse un gran numero de modos distintos...para calificar la melodía y la armonía que resulta de esos modos se emplea el calificativo: modal.”

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